Golpes de luz, de Ledicia Costas, cuenta la historia de Julia, que, tras su separación, regresa a su pueblo en Galicia con su hijo Sebas para cuidar de su madre, Luz, quien vive tranquila dedicándose a actividades simples como jugar al parchís y cuidar su jardín. Mientras Julia trata de reorganizar su vida, se enfrenta a su propio pasado, a su madre y a la necesidad de investigar el narcotráfico gallego, además de descubrir la verdad sobre su padre.
Sebas, por su parte, se adapta a un nuevo colegio y empieza a ver a su abuela de una forma especial, comparándola con el dios Thor debido a su hábito de llevar un martillo. La novela explora las relaciones familiares, los recuerdos dolorosos y el impacto del narcotráfico en la vida de los personajes, mientras tratan de superar sus propios conflictos personales.