Viaje al país de los blancos es una obra que explora las dinámicas de poder, identidad y desigualdad en un contexto donde la raza y el privilegio juegan un papel central. A través de una narrativa que combina elementos de ficción y crítica social, el autor examina cómo las estructuras sociales y políticas están diseñadas para mantener el dominio de un grupo racial sobre otros.
El libro se centra en un país ficticio donde los «blancos» representan la élite dominante que controla los recursos, las instituciones y el poder. Los personajes principales, que pertenecen a grupos marginados, luchan por encontrar su lugar en una sociedad que los oprime sistemáticamente. A medida que la historia avanza, se revelan las tensiones y conflictos internos de este sistema, así como las resistencias y rebeliones de aquellos que buscan cambiar el statu quo.